lunes, 12 de octubre de 2009

Siglo XX: Se crea la profesión publicitaria


La Revolución Industrial, junto con los cambios que se produjeron en ese periodo, hizo posible la creación de la profesión publicitaria cuyo papel es actuar como intermediaria entre la empresa y la sociedad a través de los medios de comunicación.

Durante el siglo XX se produce un aumento de anunciantes, los pequeños negocios iban creciendo y con ello la expansión de la oferta por otras zonas geográficas. Esto provoca que se creen una serie de interrogantes de la comunicación publicitaria: ¿Cómo captar la atención de la sociedad? ; ¿Cuántas veces debe insertarse el anuncio? ; ¿Qué queda en su memoria?... estas incógnitas se resuelven a base de la intuición.

A finales del siglo XIX ya existen representantes para algunos monopolios como Rockefeller (petróleo) o Morgan (banca), pertenecientes a sectores básicos para la industrialización.

Por su parte, los medios, cuyo objetivo es la información, van ampliando sus contenidos, consiguiendo , con el paso del tiempo, su especialización. La venta de espacio para obtener ingresos subsidiarios se deja en manos del agente de anuncios o agente de periódicos, colocaba publicidad en las páginas de los diarios a cambio de una comisión.

A medida que la actividad publicitaria crece, el anunciante tiene en cuenta otros factores como la redacción de los anuncios, el acompañamiento de imágenes y la recomendación de los medios (en esta el agente tenía que ser independiente). Todo esto hace que el agente comience a trabajar en los despachos de los anunciantes, que eran los que aceptaban o rechazaban sus recomendaciones.

Estados Unidos fue el primer país donde se desarrolló la publicidad moderna de la mano de Volney B. Palmer que, en 1841, inauguró en Filadelfia la primera oficina como agente publicitario. Posteriormente aumentó su imperio abriendo oficinas en Boston y Nueva York, llegando a controlar más de 1.400 publicaciones de Estados Unidos.

En España la evolución de la publicidad es muy similar a la del resto del mundo. Destacaron en sus inicios los agentes individuales, las oficinas de anuncios y acercamiento al anunciante. La primera oficina española de anuncios fue fundada en Barcelona en 1870 por Rafael Roldós, un experimentado agente vendedor de espacios en los periódicos. Roldós y Compañía, como se hacia llamar la oficina de
anuncios, estuvo en activo hasta 1929. Se trataba de una empresa familiar que gestionaba los anuncios para prensa, innovando des pues con anuncios en vallas, coches, etc.


El paso definitivo hacia la configuración de la profesión lo da Francis
Wayland Ayer al plantear su actividad como un servicio al anunciante.
Ayer funda en Filadelfia la primera agencia de publicidad, N. W. Ayer and
Son en el año 1869. En ella se ofrecía a los anunciantes el asesoramiento
sobre medios y la elaboración del anuncio.
Al margen de la publicidad, F. Wayland Ayer redujo la jornada laboral de
los sábados a la mitad.
El trabajo ha sido realizado por: Carlos Ayuso, Silvia Díaz, Annaïs Paradela, Laura del Campo, Raúl Blanco y Enrique Camón

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